viernes, 31 de julio de 2015

Planetas lejanos, ¿Mundos paralelos?


ENÉSIMA CENTURIA.
Alexis Pardillos.
Fuente: SINC, NASA

Descubierto, fuera del sistema solar, el planeta rocoso más cercano a la Tierra  

El objeto celeste, denominado HD 219134b, es un planeta rocoso algo más grande que la Tierra, 1,6 veces su radio, pero con cuatro veces y media su masa, que se encuentra orbitando una enana blanca tipo K, algo más pequeña y más fría que nuestro Sol, la HD 219134, a solo 21 años luz de nosotros en la constelación de Casiopea. Al haber medido su tamaño, por lo tanto obtenido su volumen, y su masa, se puede calcular su densidad.


 Recreación de HD 219134 y HD 219134b : NASA /  JPL / Caltech
 
Tales datos han sido obtenidos gracias al HARPS-North, un espectrógrafo de inmensa resolución situado en el Telescopio Nazionale Galileo, del Observatorio Astronómico del Roque de los Muchachos en Las Palmas de Gran Canaria (España), y al Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, en su andadura espacial, que trabaja en longitudes de ondas infrarrojas, ambos procesados y coordinados por un equipo internacional de astrónomos y astrofísicos.

 Recreación telescopio Spitzer : NASA

Midiendo la luminosidad de la estrella HD 219134, el telescopio Spitzer captó una disminución de dicha luminosidad por unas horas, las que tarda en cruzar justo delante el planeta HD 219134b. De hecho el planeta está tan cerca de la estrella que tarda solo tres días en dar la vuelta completa a aquella. De esta magnitud se estableció el tamaño del planeta.

Con el HARPS-N y su medición de la velocidad radial de las estrellas con planetas, herramienta fuente de este gran descubrimiento, además se consiguió obtener su masa.

Así pues, con aquellos datos del volumen y estos últimos de la masa, se determina que su densidad es de 6 g/cm3, muy similar a la de la Tierra, que es de 5,51 g/cm3. Así , los científicos consideran que se trata de un planeta rocoso y no gaseoso. Aunque la proximidad a su estrella hace que el planeta se encuentre en un estado incandescente.

Casiopea es una  constelación que se encuentra en el hemisferio Norte estelar, rozando la Vía Láctea, con forma de W o de M, dependiendo del momento en que se vea, ya que su aspecto cambia a la vez que la vista cenital gira alrededor de la Estrella Polar.

 Imagen de Casiopea y HD219134 (en círculo) : Telescopio Nazionale Galileo

Pero éste no es el único inquilino de aquella estrella enana de la constelación de Casiopea, existen otros tres planetas más, por el momento, que orbitan a su alrededor:  otra supertierra de 2,7 veces la masa terrestre y 6,8 días de traslación, un planeta tipo Neptuno de 9 veces la masa terrestre y 47 días de traslación y un último planeta gigante, con 62 veces la masa de la Tierra y un periodo de traslación de 3 años, al hallarse mucho más distante que los otros.
 
Según Giampaolo Piotto, de la Universidad de Padua, miembro del equipo que ha llevado a cabo el descubrimiento, para SINC : “es un planeta incandescente, no hospitalario para la vida, pero lo importante es que cada vez nos acercamos más a  la identificación de un planeta análogo  a la Tierra”.

Kepler-452b

La noticia de este descubrimiento se produce tras conocer recientemente, a través del telescopio espacial Kepler, de la NASA, de la existencia de otro planeta similar a la Tierra, a pesar de ser un 60% más grande que ésta y algo más viejo, el Kepler-452b, en la constelación del Cisne, alrededor de una estrella tipo G2, muy similar a nuestro Sol, pero eso sí, a 1.400 años luz de distancia.

Lo más curioso de este planeta es que está situado en zona habitable, y orbita cada 385 días alrededor de su estrella, enana amarilla de 6.000 millones de años, 1.500 millones de años más que la edad de nuestro astro rey Sol.

Recreación Kepler-452b:  NASA / Ames / JPL-Caltech / T. Pyle

Es muy difícil poder imaginar que, en el hipotético caso de que una civilización pudiera disponer de un gran vehículo que alcanzara la velocidad de la luz, con todo tipo de sofisticaciones, una serie de sus generaciones sacrificara su existencia a lo largo de su impuesta vida dentro de una nave espacial en un utópico viaje intersideral en busca de nuevas dimensiones. Si así fuera, tardarían, en ese hipotético caso, en llegar hasta nuestro pequeño planeta, a pesar de la hipergaláctica velocidad, unos 1.400 años. Para estar hoy aquí tendrían que haber salido del Kepler-452b cuando, en la Tierra, Bizancio perdió Málaga por manos de los visigodos, allá en el 615.

Pero,…. ¿y 21 años?, ¿ó 15? ¿ó 10? , ¡eso es otra cosa! Recordemos que Proxima Centauri, la estrella más cercana al Sol, se encuentra a 4,2 años luz. Con nuestra tecnología desde luego aun no es posible alcanzar aquella velocidad luminaria pero no sería extraño encontrar civilizaciones con una tecnología superior.

Poco a poco parece que nos iremos acostumbrando al descubrimiento de multitud de nuevos planetas parecidos a la Tierra  en otros sistemas estelares no tan lejanos al nuestro.


Por eso, en cualquier caso, cuando vengan, si vienen, tengamos en cuenta el enorme esfuerzo y gran viaje que hicieron para, viniesen de donde fuera, llegar hasta aquí y reunirse con nosotros.






miércoles, 22 de julio de 2015

Mercurio: dos etapas en la formación geológica del planeta

ENÉSIMAS NUEVAS.
Alexis Pardillos.
Fuente: SINC


Foto: NASA-Johns Hopkins 
University Applied Physics Laboratory - Carnegie Institution of Washington

Y de las más recientes noticias del más lejano de los planetas del sistema solar, Plutón, de este mismo mes de julio, pasamos a la actualización de los datos sobre el más cercano de aquellos al Sol, Mercurio, cuya superficie ha podido ser estudiada más en profundidad por expertos a través de las imágenes enviadas por la sonda MESSENGER.

La sonda de la NASA, que el pasado 30 de abril de 2015, tras más de diez años de vuelo interplanetario, concluía su vida útil, era colisionada contra la superficie de aquel, un extraño planeta aun para nosotros, al menos hasta ahora.

Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) y del Instituto de Geociencias de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), revelan que, tras aquella superficie de roca gris salpicada de cráteres que siempre nos ofrecieron las imágenes de sondas y telescopios, existen gran variedad de estructuras geológicas. 

En concreto, el equipo, encabezado por la geóloga del Instituto de Geociencias (CSIC-UCM), Valle López, ha estudiado la formación de una llanura volcánica de una cuenca de impacto localizada en la zona ecuatorial del planeta. 

Y tal y como explica aquella geóloga para SINC: “La gran mayoría de estructuras geológicas que aparecen en Mercurio se han originado por compresión, cuando la corteza ha sido comprimida por fuerzas tectónicas hasta romperla y montar unas rocas sobre otras.” 

El planeta, el más cercano al Sol, a unos 58 millones de kms. de éste, tiene un diámetro aproximado de unos 4.878 kms. Es el más pequeño del sistema solar, tras en 2006 excluir, la Unión Astronómica Internacional, a Plutón, al considerarlo planeta enano. Su periodo de rotación es de 58 días y 16 horas terrestres y el de traslación de 87 días y 23 horas. 

Ser el planeta más cercano al Sol otorga a Mercurio unas temperaturas insoportables con una enorme variación entre el lado iluminado y el lado oscuro. Así, se deben alcanzar, sobre el terreno,  en torno a  unos 430º C en la superficie iluminada y unos -180º C en la parte oscurecida.

Y parece que aquellas fuerzas tectónicas que comprimieron la corteza de Mercurio se originaron a la vez que el planeta empezó a enfriarse.


 NASA: Imágen del área de Mercurio donde posteriormente impactó la sonda MESSENGER


Pero las conclusiones del estudio van más allá y determinan dos fases, desarrolladas en diferentes eras geológicas y bajo diferentes condiciones y constantes físicas, en la deformación de aquellas cavidades rocosas en la llanura volcánica objeto del estudio. 

La primera fase tectónica, la más antigua en el tiempo, presenta una orientación Noreste-Suroeste, con crestas bajas y próximas entre sí, mientras que la fase más moderna se caracteriza por una orientación Noroeste-Sureste, con mayores estructuras y más separadas entre ellas.

“Estas diferencias reflejan un cambio en la orientación de los esfuerzos tectónicos que han deformado la cuenca de impacto, además de otros cambios como el progresivo enfriamiento de la corteza de mercurio”, añadió, para SINC, la doctora en Geología que encabeza el estudio de reciente publicación en la revista Icarus.

Además este cambió de constantes en el estado del planeta compagina con la gran cantidad de impactos de asteroides, a los que a lo largo de los tiempos, al igual que la Tierra, se ha hallado sometido el planeta. 

No obstante, en nuestro planeta no se localizan excesivos indicios de ese bombardeo incesante de cuerpos celestes porque existe un mecanismo de “reciclaje” de la tectónica de placas sobre nuestra corteza.


 Sonda MESSENGER sobrevolando Mercurio: Recreación NASA


La labor de la sonda "MESSENGER" que, tras sobrevolar la Tierra y Venus, acabó orbitando sobre Mercurio, ha sido fundamental para el desarrollo de estudios como el que ahora se presenta. Junto con su hermana, la sonda “NEW HORIZONS”, también de la NASA, han alcanzado un valor como herramientas de la Humanidad, único y venerable, con un impacto y un enriquecimiento sobre el conocimiento de carácter Universal. 

Todo ello rematado, como no, con la interpretación de aquellos datos enviados por las sondas en estudios fascinantes realizados por investigadores que, como este gran equipo de españoles,  aportan todo su conocimiento y dedicación allá donde sea necesario, incluso en lo más profundo de nuestro sistema planetario, valga también para ellos, por supuesto, una cósmica y calurosa felicitación.



 






miércoles, 15 de julio de 2015

La sonda "New Horizons" llega a Plutón


ENÉSIMAS NUEVAS
Alexis Pardillos.
Fuente: NASA, SINC

 Imagen: NASA/JHU APL/SwRI

Aunque la programación inicial indicara que fuera un par de días antes, era 19 de enero de 2006 cuando desde Cabo Cañaveral, en Estados Unidos, se terminaba la cuenta atrás para el despegue del cohete Atlas V que contenía  la sonda “New Horizons” de la NASA, llena de ilusiones, inquietudes y sobre todo, y por aquel entonces, con una quimérica y fantástica misión por delante.

El martes 14 de julio de 2015, a las 13:46 hora española, la sonda se hallaba a unos 12.500 kms. en aproximación al planeta y alcanzando una velocidad próxima a los 14 kilómetros por segundo.
 
Hoy, algo más de nueve años más tarde, podemos decir que la misión ha sido un auténtico éxito y que la sonda “New Horizons” llegó ayer al que un día fue más lejano de los planetas del sistema solar, hoy planeta enano, y nos está proporcionando una cantidad de información inimaginable.

Así es, la sonda, primera misión del proyecto de Nuevas Fronteras de la NASA, ha completado su más importante objetivo, tras más de 4.500 millones de kms. de espacio interplanetario recorridos, y tras situarse a una distancia de unos 12.500 kms. de aquel pequeño astro, ha emprendido una incursión de la que en estos mismos momentos nos están llegando increíbles imágenes.


Imagen: NASA/JHU APL/SwRI


Son unas imágenes fascinantes y sorprendentes, en ésta última se aprecian formaciones montañosas y geológicas. Mereció la pena llegar hasta aquí para poder verlo.

Es curioso apreciar que las ondas a través de las que nos llega la información, a pesar de viajar a la velocidad de la luz, tardan algo más de cuatro horas desde que salen de aquel lejano planeta hasta que llegan al espacio terrestre,  aunque a veces es necesario esperar más tiempo por la calidad de la información.

La sonda, que dispone de siete aparatos científicos, se haya recolectando multitud de datos que posteriormente serán analizados y constituirán lo que desde la NASA ya celebran como el culmen a 50 años de exploración planetaria desde Estados Unidos, en un hecho, sin duda, considerado histórico.

Por el momento las mediciones llevadas a cabo revelan que el diámetro del planeta es de 2370 kms., algo mayor que lo estimado. No obstante se confirma lo ampliamente evidenciado, que Plutón es el astro de mayor tamaño más allá de la órbita de Neptuno. 

Ese nuevo tamaño del planeta Plutón indica que su densidad es algo menor de lo que se creía. Por otro lado se aprecia que la fracción de hielo en el interior es mayor que lo pensado hasta ahora. Los datos también revelan que la troposfera de Plutón es más fina de lo esperado.

Se está recogiendo multitud de información y de imágenes desde la sonda que nos llegarán en las próximas horas y días.


 Imagen: Recreación de Plutón y su luna Caronte, NASA

Toda esta ambulación de la sonda por el lejano planeta y sus cinco lunas (Caronte, Nix, Hidra, Cerbero y Estigia) servirán, además, para profundizar en el conocimiento sobre esa oscura zona denominada cinturón de Kuiper, inhóspita, en lo más extra planetario y que puede albergar evidencias sobre la formación inicial del sistema solar.